IMF Blog IMF Blog

Alejandro Werner responde a las preguntas de nuestros lectores

Muchas gracias a todos nuestros lectores por sus preguntas y comentarios para Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.

Hemos recibido muchas preguntas a través de nuestro correo electrónico y Twitter pero desafortunadamente no podemos contestar todas en esta edición del blog.

En este blog hemos seleccionado un primer grupo de preguntas interesantes como, por ejemplo, el impacto de la reciente desaceleración de los mercados emergentes en América Latina, el posible riesgo para algunos países de la región de caer en una crisis de deuda y el caso de Argentina sobre las medidas correctivas para mejorar la calidad de los datos oficiales.

En un segundo blog, Alejandro Werner contestará otras preguntas recibidas sobre el papel del FMI en la región, cómo está afectando la crisis económica de la zona euro a los países de Latinoamérica, y muchas más.

Visita el blog Diálogo a Fondo en noviembre para leer la segunda parte de esta conversación en línea con Alejandro Werner.

¿Qué escenario prevén para la región durante este año y el año que viene?

Proyectamos una desaceleración del crecimiento económico de América Latina y el Caribe este año, recuperándose levemente en 2014. Este enfriamiento económico se debe en parte a que, si bien las condiciones externas son aún relativamente favorables, están dejando de ser una fuente de dinamismo para la región. Pero la desaceleración refleja además factores domésticos, como algunas restricciones de oferta en algunos países, el bajo crecimiento de la productividad y, en algunos casos, menor dinamismo de la demanda agregada.

En el frente externo, al débil crecimiento proyectado para la economía mundial, se suma ahora un menor crecimiento en China. Este contexto explica la estabilización—o incluso caída—proyectada para los precios de materias primas que afectaran negativamente los términos de intercambio y el crecimiento en la región, en particular en aquellas economías que mantienen una alta dependencia de productos primarios.

Finalmente, las expectativas de una normalización de la política monetaria en Estados Unidos han aumentado el costo del financiamiento externo para la región, impulsando salidas de capitales y depreciaciones de las monedas locales, generando una mayor volatilidad en los mercados financieros de los países de la región.

¿Cómo afectará la reciente desaceleración de los mercados emergentes a América Latina?

El crecimiento del producto se ha desacelerado recientemente en la mayoría de los mercados emergentes, incluyendo en América Latina. En el caso de ésta última, la desaceleración se debe a un contexto externo relativamente menos favorable, con precios de materias primas estables (o incluso con caídas en algunos casos) y condiciones financieras no tan relajadas, así como también a algunas restricciones de oferta en algunos países. La caída en el ritmo de crecimiento en otros mercados emergentes, en particular China, implicaría una caída en la demanda (y en los precios) de materias primas. Esto afectaría negativamente los términos de intercambio de los países latinoamericanos que son exportadores netos de estos productos, es decir las economías de América del Sur. Una fuerte caída en los términos de intercambio sin duda constituye un riesgo para el crecimiento de la actividad económica de la región en el contexto actual.

¿Por qué el FMI no ha sido tan duro con Europa como lo fue con Latinoamérica durante la crisis de la deuda en la década de 1980?

Los países miembros que acuden al FMI en busca de asistencia técnica y financiera son todos diferentes: tienen economías muy disímiles, enfrentan distintas condiciones internas y externas que precipitan la necesidad de ajuste, tienen diferentes regímenes y distintas capacidades para adoptar medidas correctivas.

En ese sentido, el diseño de los programas apoyados por el Fondo no se puede basar—y en la práctica no se basa—en recetas o soluciones “de talla única”. Por el contrario, la combinación de financiamiento, ajustes y reformas bajo programas apoyados por el FMI es, dentro del marco general de las políticas que rigen la asistencia a los países miembros, deliberadamente flexible y se ajusta a las condiciones particulares de cada caso. Habiendo dicho esto, existen características comunes al diseño de programas disimiles. Por ejemplo, en caso de que un ajuste fiscal sea necesario, el Fondo insiste en que se proteja a los individuos más vulnerables y aboga que el peso del ajuste se distribuya en forma justa entre la población.

En definitiva, esta flexibilidad en el diseño de los programas apoyados por el FMI los hace más efectivos y apropiados aunque, inevitablemente, pueda dar la sensación de que el trato entre países es desigual.

En los programas respaldados por el FMI en Europa, el ajuste fiscal en algunos de estos países fue profundo, algo que no ha sido fácil, especialmente en Grecia.

¿Qué impacto tendrá el retiro de estímulo monetario en Estados Unidos para las economías de América Latina?

El estímulo cuantitativo que se implementó en los EE.UU. como respuesta a la crisis financiera no tiene precedentes. Por ello hay una gran incertidumbre respecto al impacto que podría tener su retiro sobre el precio de los activos en todos los mercados y, por ende, en los países de la región.

En el corto plazo, es probable que un retiro gradual traiga aparejado una mayor volatilidad en los mercados financieros así como en los flujos de capitales. Pero en general, la región está bien posicionada para hacer frente a estos shocks, gracias a niveles de deuda externa moderados, abundantes reservas internacionales, sistemas financieros saludables y mucha mayor flexibilidad cambiaria que en el pasado. Si bien las condiciones financieras seguirán siendo favorables para la región, en la medida que el ajuste venga de la mano de un incremento importante en la volatilidad, esta se reflejará en los mercados locales y podría generar un efecto negativo sobre la actividad económica.

Más allá del impacto de corto plazo, un incremento de las tasas de interés en el mundo—y un probable aumento en las primas de riesgo soberano—va a significar menor financiamiento externo para nuestros países y una mayor carga de intereses a nivel del sector público y privado. Nuestros países deberían empezar a generar espacio fiscal para acomodar esta carga adicional de intereses.

¿Hay riesgo para algunos países de América Latina de caer en una crisis de deuda, parecido a lo que ocurrió en la década de los 80?

Al igual que hacia fines de la década del 70 y principios del 80, nuestra región ha enfrentado un panorama externo muy favorable en la última década, con altos precios de materias primas y fuerte entrada de capitales. Una reversión de estas condiciones externas claramente representan riesgo para la región, y puede haber accidentes puntuales, pero no creo que se repita la historia de los 80.

La diferencia clave es que, esta vez, la mayoría de los países de la región han hecho un manejo macroeconómico prudente. Esto permitió que el shock de términos de intercambio (sin precedente en términos de los ingresos extraordinarios que generó) se traduzca en una marcada mejora de fundamentos económicos. Gracias a ello, la mayoría de la región está hoy mejor preparada que en la década del 80 para afrontar un deterioro drástico en el contexto internacional. Sin embargo, es importante que los países permanezcan atentos a los riesgos, mantengan (y sigan fortaleciendo) sus marcos de política económica y fortalezcan aún más sus espacios de política, para estar preparados a cualquier desafío que el entorno externo menos favorable pueda presentar.

¿Qué recomienda el FMI a la economía dominicana ante la desaceleración que mantiene la economía mundial, el alza del precio del petróleo, la baja del turismo, y otros factores?

La política económica apropiada para cualquier país depende de los factores externos que más afectan al país, como de sus condiciones macroeconómicas particulares. Los factores externos que menciona son muy importantes para la Republica Dominicana (RD) y para otros países de Centro América y el Caribe porque sugieren que la economía mundial no va a impulsar demasiado el crecimiento económico interno. Por el lado del contexto domestico la situación tampoco es muy propicia para un crecimiento rápido. En 2012, la RD tuvo un déficit del sector público de casi el 8 por ciento del PIB y las reservas internacionales se ubicaron en solamente 2½ meses de importaciones. Dada esta situación, el espacio para apoyar la actividad económica mediante un estímulo fiscal o monetario es limitado. La prioridad para el periodo debe ser fortalecer la posición fiscal y de reservas para evitar problemas financieros en el futuro.

¿Ha habido algún progreso concreto por parte de Argentina en la adopción de las medidas correctivas para mejorar la calidad de los datos oficiales reportados al FMI? Según el último informe, el Directorio Ejecutivo del FMI le dió al país plazo hasta el 29 de septiembre.

Hay un diálogo continuo entre los funcionarios del FMI y las autoridades argentinas respecto a la construcción del nuevo índice de precios nacional. Con la información recibida durante este proceso, la Directora Gerente deberá presentar un informe al Directorio Ejecutivo. El plazo para presentar este informe es noviembre del 2013. En esa ocasión, el Directorio Ejecutivo volverá a examinar el tema y determinara las medidas a seguir de conformidad con los procedimientos del FMI.